Dear loneliness...

Hace mucho tiempo no me sentía así. Extraña. O triste. Aún no sé. Y no es una situación muy agradable cuando no sabes realmente que sucede. Si bien sabes qué sentís o qué te atormenta, o te relaja, no es lo mismo. Y más cuesta cuando no hay a quién recurrir. Onda, estoy escribiendo en mi blog, porque no tengo sinceramente con quien contar, y no es porque tenga malas personas cerca, sino que no creo que realmente les interese lo que me pasa, o tienen otras prioridades, como pensar qué short o minifalda les queda mas corto para ponerse hoy, pensar que top les queda mas ajustado para mostrar el cuerpo, cuánta plata tienen para comprar alcohol, o drogas, qué vaguito se llevan a la cama, o qué minita, si su pareja se esta encamando con otra persona, etc. Realmente cada vez son mas pocas las personas que se preocupan por uno, por eso siempre termino quedándome conmigo misma. Quedándome con lo seguro. Seguro para mi.
A veces me sorprende la poca capacidad que tienen algunas personas de resolver sus problemas solos, viéndome a mi. Para mi no es nada fácil tratar de reparar, solucionar, o meditar algo, pero doy lo mejor de mi. Tengo conversaciones conmigo misma, pienso, re-pienso, y lo vuelvo a re-pensar para obtener el mejor resultado. Muchas veces me equivoco, y lo pienso nuevamente, y así sucesivamente. Puedo decir que es algo difícil, pero no imposible. Y es por ello que siempre recurro a mi, y no tiene nada que ver con los puntos de vista diferentes, siempre los he tomado, y aceptado como ayuda, pero hoy en día es complicado que alguien realmente te de un pensamiento profundo de su ser cuando le comentas algo, la respuesta a todo es "ah, que lindo/ah, que mal" y así. No por nada prefiero autoayudarme, autoescucharme. Pero así es la clase de gente que hoy habita, o que se transformaron con el tiempo.
A veces me siento tan distante a todos. Mas allá de que todas las personas tengan vidas diferentes, diferentes formas de ser, y de habitar cotidianamente en este mundo, los noto a todos iguales, todos los seres con las mismas maneras de ser, preocupaciones, defectos y virtudes, iguales. Iguales todos. Y no entiendo realmente por qué, pero siempre, en algún momento, coinciden todos. Y suele ser cuando me siento así. En el medio de la magnifica soledad, con mi gato durmiendo a lado, pensando.
Quizás me gustaría tener un ser humano con quien confiar absolutamente todo lo que pienso, lo que me pasa, lo que me ha sucedido, lo que espero, lo que sueño, mis defectos, virtudes, pasado, presente, sentimientos, emociones, enojos, problemas, soluciones... Pero quizás no. El mundo cada día me demuestra cuan macabro es, y realmente no desearía compartir todo eso con nadie. Prefiero ser yo mi mejor amiga, mi pareja, mi familia, a la cual le cuento todo, y todo lo sabe de mi. Y si, suena un poco (muy) egoísta, pero es lo que me hacen sentir siempre.
Yo siempre agradezco todo lo que algunas personas hicieron por mi en algún momento. Más allá de que hoy estén o no en mi vida, valoro muchísimo lo que me ayudaron o acompañaron, cualquiera sea el momento. Pero si tengo que ponerme a clasificar en porcentajes en cuantos seres vivos realmente confío, diría un 30%, y ese porcentaje que nombre, me refiero a cada ser animal que existe (por ahora) en este mundo. Conociéndome, no podría confiar en un ser humano, ni en mi... Ni siquiera en mi. Un día me pongo ebria y ya me desconozco, por eso, ni siquiera en mi. Podría llegar a creer en alguna fuerza natural o sobrenatural, antes que en un humano, en serio.
No sé si culparme a mi misma por todo esto que pienso, que siento... O no. También este planeta me hizo así de desconfiada, me llenó de heridas, y también como pudo, las sanó... Abriendo otras... Y así vivo, así se vive acá.
Hoy en día ya trato de ignorar todo lo que sean emociones, y me enfoco en cosas productivas, como estudiar y trabajar. Lo que es probable que haya sucedido, es que estoy de vacaciones y ahora me quito todo el estrés y sentimientos malignos acumulados, a través de la fuerza, generándome dolores musculares, y dejándome vulnerable a las emociones sensibles.
Y así termino siempre, reflexionando a través de mi querido diario público de mi blog, escuchando Sabina, con mi gato durmiendo a lado mio, queriéndome. Y prefiero quedarme conmigo misma un viernes, leyendo sobre "Didáctica Especial, para nivel secundario y superior" y haciendo mis deberes de "Fundamentos aplicados al Arte I", que irme en paños menores al boliche, embriagarme, y dejarme de querer.
Así es como las cosas, cuando a uno realmente le crece el cerebro, siempre cambian.
Buenas noches.

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