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Las personas dicen que la vida nos prepara, desde nuestra infancia pequeña, hasta adultos. Nos prepara no sé para qué. Yo supongo que es una forma de decir "bueno queridx no sufriste tanto en vano, fue por una causa justa" causa que no se cual.
En verdad, a veces uno se pregunta "¿hacía falta todo esto? ¿hacía falta pasar todo lo que pasé, sufrir todo lo que sufrí?" y nos dicen "si, claro, debía ser así para que crezcas y madures" ¿madurar qué? si al fin y al cabo (o al gin y al cabo), todo eso que tenemos que aprender, que tenemos que sufrir, para lo único que nos sirve es para darnos cuenta cuánto aguantamos, hasta dónde llegamos. No sufrimos y decimos "bueno listo ya, ya aprendí no volveré a hacer lo mismo o a aguantar lo mismo" ¡mentira! Sufrimos para volver a sufrir, para sufrir igual o peor. Para decir "mirá me la sigo bancando", "mirá, me estoy muriendo lentamente y aún así sigo" porque de eso se trata, de luchar. Es una constante lucha entre nosotros mismos, entre los demonios que nos quedaron dentro desde "todo lo que aguantamos" de criaturas, y fueron creciendo con el pasar de los años.
Y todas las consecuencias que nos traen en el presente y seguramente en el futuro, ¿quién las arregla? y ahí es dónde surge, ¿para qué pxta me sirvió todo lo que viví? si, para cagarte la existencia. Para que te des cuenta de grande, que todo lo fuerte que te creíste todos estos años, era un simple caparazón que vos mismx creaste para sobrevivir todo este tiempo, junto a diversas situaciones donde tenias que mirar a un costado y seguir para que no te afecten. Fuiste una piedra, que ahora se derritió al sol. Estas vulnerable.
¿Sabes qué es lo peor? Que no hay nada que se pueda hacer, mas que llorar todo lo que no lloraste, y darte cuenta una vez más hasta donde aguantás. Hasta dónde TE aguantás. Y digo "TE", ¿sabes por qué? Porque sos el demonio con el que hoy tenes que luchar, porque tu trauma va desde "vamos a querernos hasta ahí nomas" en una relación, por miedo a que esa persona se convierta en tu mundo y no sea lo suficientemente valiente para formar parte de él, y se esfume... un "no hoy no puedo ir chicxs, disculpen" en tu grupo de amigxs, y quedarte solx, pensando, comiéndote la cabeza con todas las preguntas y situaciones que siempre te atormentan. Es un "no me rompas las pelotas" que lo decís desde lo más profundo de tu corazón a tu familia, por todo lo que te hicieron vivir, y un abrazo reconciliador, por la culpa que te da haberlo dicho tan tarde en el tiempo y no cuando debiste.
Sos la defensa de tu propio ser que llegó tarde. Sos la única persona que puede entenderte. Sos el oído que no tuviste cuando necesitaste desahogarte, y la voz del consejo que te ayuda a seguir. Sos el gato que está sentado en la habitación mirándote, sin saber por qué llorás o sufrís.
Y así seguís, sufriendo y recomponiéndote en soledad, porque ya no sirve hablar con alguien, ya no sirve contar a alguien que no te va a entender, ya no es cómodo molestar a un amigo que ya formó una familia, o que tiene otras responsabilidad como estudio o trabajo, con tus problemas. Ya no sirve buscar contención, comprensión, donde no la hay. Ya no sirve esperar mucho de alguien que no nos puede dar. Ya no sirve querer que otra persona cumpla el rol que se ausentó en tu vida tantos años. Ya no sirve.
Pero si hay algo que nadie puede negarme, es la unión que se forma. Los lazos que uno crea con uno mismo. El compañerismo que sentís al tenerte, y el abrazo que necesitas cada noche. Son dos, en uno. Si de algo estoy segura, es que de eso, queridos amigos, jamás se regresa.