La dama
Miércoles soleado. 21° de temperatura. Colectivo linea 9, 7:53 a.m. Sube una dama, muy desprolija. Sube y echa un vistazo al fondo. No hay lugar. 3 cuadras mas espera, parada, a lado del chofer. Vuelve a mirar. Abre paso para ir al fondo del micro y se acomoda cerca de la puerta trasera para cuando sea su turno de bajar. Se la ve perdida, al parecer hace unos pocos minutos se levantaba. Una señora baja en una parada, ella toma su asiento y coloca su mochila en el regazo. Mira por la ventana. Ojos que vacilan sobre la ciudad. Un mundo abierto a la psiquis. ¿Qué quiero? Una y otra vez. Revolviendo, recordando, cada etapa de su vida. ¿Alguna vez quiso algo realmente? Querer. Querer algo tanto como para no dejar ir. O querer tanto algo para dejar ir. Querer. Desde los comienzos de su interacción con el sexo opuesto, siempre quiso, poco, y de más. Quiso desde la punta de los pies, hasta la punta de los pelos. Pero ¿Cuánto vale? El valor del querer es algo que no tiene medida, es algo