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Todo está bien. Todo está controlado. Si, a veces suelen haber algunas mini-crisis pero en cuestión de segundos se las evapora el sol. A veces al juntarse con amigues también se evaporan, o simplemente al abrazar a tu mascota. Todo tiene su orden y mantiene la calma. No hay imprevistos, no hay sorpresas, no hay nada que pueda alterar o desestabilizar el hoy... Hasta que llega ella, the queen . A ella no le complace esa estabilidad emocional, afectiva, económica, etc. A ella no le complace la rutina. No le complace tanta paz. Necesita alterar el orden, necesita llevarse todo por delante, necesita cambiar para poder seguir existiendo. Al fin y al cabo tampoco estabas tan feliz de hacer siempre lo mismo, tampoco se te veía tan alegre. No pretende que vayas de a poco, la impaciente te empuja, te tira al vacío. ¿Y ahora qué? ¿Hacia donde iré? ¿Quién seré? Preguntas que pueden dar vueltas más que respuestas. Vamos. Dicen que el cambio tiene que empezar por uno mismo. Vamos. Se presenta u