Desbloqueo Mental
Me encuentro parada en un cuarto, el cual no posee paredes, sino que esta repleto de puertas que cumplen la función de "paredes". En ese cuarto están acumuladas algunas ideas "normales", algunos pensamientos "comunes", están acumuladas las "buenas" palabras, acciones, ideas, actos, consejos. Ahí se encuentran acumuladas las cosas que cualquier persona haría, diría, sería. Un día, repetir tantas veces todas esas cosas, se convirtió en rutina... Se convirtió en "soy lo que todos esperan que sea", "soy lo que todos quieren de mi", "soy lo que todos piensan", "soy lo que todos ven". Inconscientemente me convencí de que esa soy yo, esa es mi forma de ser, esa es mi personalidad, eso es lo que quiero de mi, eso es lo que esperaba de mi, eso es lo que me hace feliz. Poco a poco las puertas que existen en esta habitación comenzaron a tener una llave, dos llaves, tres llaves... Un candado, dos candados, tres candados... Al tiempo, la madera de las puertas comenzó a hacerse cada vez más fuerte, más rígida, más irrompible, hasta convertirse en ladrillos y cemento. Fue ahí que descubrí que me encontraba en una habitación con cuatro paredes, y sin ninguna puerta. Eso no tiene mucha importancia, ya que soy todo lo que siempre quise, soy todo lo que busqué en mi, soy todo lo que espero de mi, voy a vivir el resto de mi vida así, me gusta como soy, a los demás les agrada como soy, encontré mi equilibrio, mi eje, mi punto, mi lugar. Todo es perfecto. Al pasar los días, meses, años... El aire de esta habitación se va acabando, queda muy poco oxígeno para seguir manteniéndome con vida, empieza a sofocarme tanto encierro, comienzo a tener síntomas de claustrofobia, las paredes se acercan, la habitación se achica, mi lugar se encoje... Hasta el punto de tener solamente espacio para sentarme en cuclillas, sin ningún centímetro más para poder movilizarme. Y allí estoy, sigo con poco oxígeno, sigo con falta de aire... Se que me quedan pocos días, hasta podría decir pocas horas de vida, estoy al borde de la muerte, pero puedo seguir pensando, mi cerebro sigue funcionando... Es ahí. Comienzo a pensar: ¿Cómo paso esto? ¿Cómo llegué hasta aquí? Todo era perfecto en mi vida, ¿qué ocurrió? Comienzo a retroceder... Comienzo a hacer memoria, comienzo a abrir mis ojos, mi mente... ¿En realidad era eso lo que yo buscaba? ¿Era la forma en que le agradaba al mundo lo que me hacia feliz? Lo que soy ¿es lo que yo quiero en realidad para mi? Con muchas otras preguntas más, logré hacerme un gran cuestionario... Inhalaba el poco oxígeno que quedaba en ese pequeño cubo y lograba contestar cada pregunta que surgía en mi mente. Fue en ese momento en el cual me encontré conmigo misma, me encontré con una Evelyn que desconocía. Me encontré conmigo misma, con mi inconsciente, con mis deseos más profundos, con unas ganas inexplicables de vivir de otra forma, con sueños infinitos por cumplir, con otras expectativas hacia mi persona. A medida que iba conociendo a esa Evelyn con la cual logré encontrarme, la habitación fue creciendo hasta su tamaño normal. Apareció la primer puerta, solo continuamos conversando. Apareció la segunda, tercera, cuarta... Solo continuamos conversando. La habitación volvió a ser la misma. Esta rodeada de puertas que cumplen la función de "paredes". Continuamos conversando hasta que no alcanzaron más las palabras. Llegamos al final de nuestra charla, y fue ahí donde pregunté "¿Qué sentido tienen estas puertas?" A lo que ella me respondió "Cada una de las mil puertas son los caminos que debes tomar, los errores que debes cometer, los sueños que debes cumplir, los deseos que debes realizar. Al convertirse en rutina tu vida, las puertas dejaron de tener sentido en ésta, por lo tanto fueron desapareciendo. Ahora volviste al principio, volviste a estar llena de vida, lograste descubrir una parte de tu cerebro que muchos ignoran. Desbloqueaste el capítulo más difícil y el más indispensable para ser feliz. Tienes toda una vida por delante para abrir cuantas puertas quieras, y realizar todos los sueños que tengas... Y recuerda: Si la rutina te aplasta, dile que ya basta de mediocridad. ¡Muy buena vida para hoy, y siempre!"